El pintor realizó el dibujo en 2020 tras encontrarse con el profesor en un restaurante de Gran Canaria

En un humilde hogar de Gran Canaria, en las Islas Canarias, el niño más pequeño de once hijos visitaba cada día el taller de electrónica de su hermano. Allí, el joven observaba fascinado la reparación de numerosos artefactos. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue la minuciosa composición del transmisor sonoro por excelencia de todas las casas: la radio. A partir de ese instante, el muchacho descubrió sus dos grandes pasiones: la música y la electrónica.

Roberto Moreno, natural del municipio grancanario de Gáldar, es doctor en Ciencias Físicas especializado en cibernética y redes neuronales electrónicas. A su vez, ha sido catedrático y profesor en diversas universidades tanto a nivel nacional como internacional. Moreno también ha impulsado la creación de numerosas organizaciones, siendo las más relevantes la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC).

El docente también es autor o coautor de más de 135 trabajos de investigación sobre Neurocibernética, Teoría Retinal y Visión Natural y Artificial, dirigiendo más de una veintena de tesis doctorales en dichas materias. Asimismo, desde 1999, está en posesión de los seis tramos de reconocimiento investigador que concede el Ministerio de Educación y Ciencia y de los seis docentes.

Además, entre 1965 y 1968, fue miembro del Staff del Charles Stark Draper Laboratory, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), bajo la supervisión de Warren S. McCulloch uno de los padres de la cibernética, y Louis Sutro. Durante esos años comenzó a diseñar, a instancias de la NASA, un robot para explorar el planeta Marte. Por todo ello, Roberto Moreno se convirtió en Hijo Predilecto de Gáldar y Can de Plata al mérito científico del Cabildo Insular de Gran Canaria.

Robótica y pintura al estilo ‘cómic impresionista’ 

Paralelamente, desde sus primeros años de vida, Moreno también ha desarrollado su faceta más artística a través de la pintura. Tal y como relató el profesor durante la entrevista, sus inicios en esta disciplina comenzaron cuando su madre le regaló unas acuarelas y unos pinceles por Navidad cuando era pequeño. Durante su etapa estudiantil, continuó pintando en la escuela pública y, más tarde, en la universidad. Roberto Moreno aseveró que él mismo dibujaba todos sus diseños técnicos para los objetos tecnológicos que quería construir.

Sin embargo, el artista confesó que nunca cogió los pinceles en serio debido a la alta ocupación que demandaba su trabajo, pero todo cambió cuando una vivencia personal transformó su vida a los 44 años. Sus primeros cuadros los pintó en Sardina del Norte, en la playa de su niñez, donde le prestaron un apartamento. Durante esos días, Roberto Moreno no paró de dibujar, incluso hasta en las paredes de la casa. 

Aunque en un principio el profesor comenzó a representar paisajes al estilo impresionista, poco después empezó con su mayor reto: los retratos y el cuerpo humano. Por ello, sus primeras obras se caracterizaron por reflejar la desnudez femenina. No obstante, Moreno seguía investigando y practicando formas de retratar la realidad de la forma más fiel posible sobre el lienzo y, sobre todo, lo más importante para él: la mirada de las personas. “Yo solo pinto un cuadro si es una cara interesante y tiene mirada inteligente… ¡He retratado hasta los perros de mis amigos!”, explicó Roberto Moreno.

Uno de sus retratos más llamativos fue el que realizó, en 2020, al profesor y director de Éndolum – Centro de Diagnóstico y Terapéutica Endoluminal (CDyTE), Manuel Maynar, a quien representó sentado y arropado por «su pueblo»: el mundo. Esto se debe a que Maynar ha recorrido el planeta como pionero en técnicas mínimamente invasivas – colaborando con numerosos profesionales de distintos campos – para mejorar la calidad de vida de todas las personas. Asimismo, el profesor se encuentra acompañado de un satélite, un elemento metafórico que hace referencia a las primeras retransmisiones de casos en vivo que realizó en 1988. La pieza rectangular de gran tamaño llama la atención por sus colores vivos y el característico trazado de Moreno, una técnica que él mismo denomina como “cómic impresionista”. No obstante, el artista grancanario apuntó que “no es de mis mejores retratos… ¡Maynar tiene una cara muy difícil de hacer!”.

Durante la conversación con Roberto Moreno no solo profundizamos en su largo bagaje profesional y en su currículum como investigador, sino que también abarcamos otros temas de gran interés, como el uso de la inteligencia artificial para crear obras artísticas o las nuevas líneas de estudio en materia de robótica.

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Entrevista completa con Roberto Moreno, doctor en Ciencias Físicas y pintor

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