Básicamente la terapia celular consiste en introducir nuevas células en un tejido para poder tratar cierta enfermedad, a partir de la restauración de funciones perdidas en órganos o de la regeneración de estructuras y tejidos. Estas células reciben el nombre de células madre o “stem cells” y pueden provenir del mismo paciente o de un donante. Hay muchas formas potenciales de la terapia celular pero las más significativas son el trasplante y la clonación terapéutica. Las aproximaciones terapéuticas son diversas, en constante investigación y desarrollo. Por otro lado las patologías a las que puede dirigirse son asimismo muy variadas: enfermedades neurodegenerativas, disfunciones hormonales, lesiones cardiocirculatorias, lesiones musculoesqueléticas, etc. Sin duda la terapia celular se perfila como una de las técnicas más prometedoras del arsenal médico del futuro.